EL PROCESO DE TURISTIZACIÓN Y CAMBIO CLIMÁTICO
EN LA PAZ, MÉXICO UNA CRÍTICA AL MODELO ECONÓMICO
THE PROCCESS OF TURISTIZATION AND CLIMATE CHANGE
IN LA PAZ, MÉXICO A CRITIC TO THE ECONOMIC MODEL
O PROCESSO DE TURISTIZAÇÃO E MUDANÇA
CLIMÁTICA EM LA PAZ, MÉXICO UMA CRÍTICA AO MODELO ECONÔMICO
Dra. Andrea Carolina López Vergara
(Universidad Autónoma de Baja
California Sur, México)[1]
Fecha de
recepción: 04 de febrero de 2022
Fecha de
aceptación: 02 de junio de 2022
RESUMEN
El presente trabajo marca como objetivo
principal describir la vulnerabilidad que la ciudad de La Paz en México tiene
ante el cambio climático y cómo el proceso de turistización imperante es una
agravante para esta condición. Estos procesos de turistización, asociados
directa o indirectamente al capitalismo, son consecuencia del actual modelo
económico, donde prevalece la constante expansión de la búsqueda de acumulación
de riqueza. La ciudad de La Paz es un claro ejemplo de estos procesos, ya que
está produciendo una transformación acelerada e impuesta en una localidad
específica hacia una actividad económica determinada como el turismo. Esta
transformación implica que parte importante de su dinámica socioeconómica y de
su infraestructura se centren en alimentar su desarrollo. Esta situación
provoca
que los impactos de la mayor crisis ambiental que aqueja al mundo actual converjan en la ciudad
de La Paz. La combinación de ubicación geográfica, dotación de recursos
naturales, así como su historia, actúan como elementos clave en los fenómenos
que se presentan en esta investigación.
Palabras clave: Turistización, cambio
climático, La Paz, capitalismo, crisis.
ABSTRACT
The main objective of this research is to describe the
vulnerability that the city of La Paz in Mexico is faced with climate change
and how the overall tourist nation process is an aggravating factor for this
condition. These touristization processes, directly or indirectly associated
with capitalism are consequences of the current economic model, where the
constant expansion of the search for wealth accumulation prevails. The city of
La Paz is a clear example of these processes, since it is producing an accelerated
and imposed transformation in a specific locality towards a specific economic
activity such as tourism. This transformation implies that an important part of
its socioeconomic dynamics and its infrastructure are focused on fueling its
development. This situation causes the impacts of the greatest environmental
crisis that afflicts the world today to converge in the city of La Paz. The
combination of geographical location, an endowment of natural resources, as
well as its history, act as key elements in the phenomena that are presented in
this investigation.
Keywords: Touristization,
Climate change, La Paz, capitalism, crisis.
RESUMO
O presente artigo tem como objetivo principal descrever a
vulnerabilidade na qual a cidade de La Paz no México confronta as mudanças
climáticas e como o processo de turistização é um agravante para tais
circunstâncias. Os processos de turistização, associados direta ou
indiretamente ao capitalismo, são consequência do atual modelo econômico em que
predomina a constante expanção da busca pela acumulação de riquezas. La Paz é
um exemplo destes processos, já que produz uma transformação acelerada e
imposta na localidade específica para uma atividade econômica determinada como
é o turismo. Esta transformação envolve que uma parte importante de sua
dinâmica socioeconômica e de sua infraestrutura se foque em encorajar seu
desenvolvimento. A situação provoca que os impactos da maior crise ambiental
que aflige o mundo atual convergam na cidade de La Paz. A combinação da
localização geográfica, a quantidade de recursos naturais, assim como sua
história, agem como elementos chave nos fenômenos que se apresentan nesta pesquisa.
Palavras-chave:
Turistização, Mudanças climáticas, La Paz, capitalismo, crise.
INTRODUCCIÓN
El cambio climático actual es una crisis
ambiental ocasionada por el modelo económico capitalista, donde el consumo
exagerado de bienes y servicios tiene un papel preponderante en el
funcionamiento de este. A partir de la Revolución Industrial las emisiones de
Gases de Efecto Invernadero (GEI) experimentan un incremento constante,
situación que se mantiene en la actualidad y
con un futuro imprevisible. Esta dinámica está relacionada con la creciente
producción de bienes y servicios en los últimos 150 años, evolucionando de
manera que ha pasado de buscar satisfacer necesidades a crearlas, esto es, el
consumo es manejado como una necesidad en sí misma.
La sociedad de consumo privilegia todo aquello que tiene un
tiempo de vida útil relativamente corto (obsolescencia programada), para ser
sustituido por otro artículo similar bajo la promesa de la modernidad,
tecnología de punta y/o la moda. El consumo de
insumos que implica la producción de estos bienes y servicios de corta duración
se encuentra entre las causas que ha acelerado la actual crisis ambiental, que
es una crisis del modelo económico actual, y la cual se explica en el
agotamiento de recursos naturales como hidrocarburos, recursos madereros entre
otros, la contaminación directa en el entorno así como el calentamiento global
resultado de todo lo anterior.
Una de las principales
características de este modo de producción es la dependencia
de energéticos. En una primera etapa el
aprovechamiento de los recursos carboníferos marcó la pauta para el desarrollo
industrial que se vivió en el continente europeo para más adelante llegar a
América en Estados Unidos. A partir de este punto y con la aparición del
petróleo se inicia el proceso acelerado de lo que será definido como progreso,
concentrándose este en las naciones
identificadas como dominantes, y caracterizándose por la explotación de
recursos naturales de aquellas bajo su dominio.
El consumo intensivo de
energéticos está directamente relacionado con las emisiones de GEI mencionadas
con anterioridad. La intensidad del consumo de este recurso no renovable está a
su vez directamente vinculada con el producto que genera o
la actividad económica a que se refiera. De esta dinámica de
producción-consumo resulta entonces una crisis
ambiental antropogénica, es decir, con origen en la actividad humana. Cabe
destacar que la participación de cada sociedad ha variado dependiendo su
posición en la economía-mundo, así desde el inicio de la Revolución Industrial
podemos hablar de una marcada relación entre consumidores y proveedores, donde
se extraen recursos y mano de obra de unos territorios (con sus consecuencias
ambientales) para satisfacer necesidades en otros.
Si bien resulta lógico
que cada país sea responsable por las emisiones que genera, debe de
considerarse también, y ser discutido de manera más formal en la escena
internacional, quién realmente está consumiendo estas emisiones, es decir, si
actualmente China es el país que más emite esto no significa que la producción
resultante de estas emisiones la estén consumiendo. Como
gran exportador que es, este país asume el costo ambiental para que otros
países como Estados Unidos mantengan el nivel de vida actual.
Desde el discurso que busca promover el
turismo como actividad económica, se le describe como una actividad de bajo
impacto ambiental, argumentando que en el territorio donde se desarrolla no
suelen generarse emisiones importantes. El turismo vende ambientes agradables y
por ende limpios, sin embargo lo que esta actividad requiere para su efectivo
funcionamiento sí suele ser intensivo en estas emisiones, como es el caso del
alto consumo energético en electricidad, las emisiones por aviación, así como
los artículos de lujo que ahí se ofrecen al turista.
El presente trabajo
busca describir y explicar dos fenómenos presentes en La Paz Baja California
Sur, México, la turistización y el cambio climático como producto del modelo
económico capitalista y cómo su desenvolvimiento hace de esta localidad una
sumamente vulnerable. Impulsar el turismo como actividad económica central en
la capital del Estado ha significado cambios importantes en la infraestructura
de la ciudad y su dinamismo. Lo anterior a su vez condiciona sus capacidades de
enfrentar los efectos del cambio climático, la gran crisis ambiental de nuestro
tiempo. La geografía del Estado presenta una vulnerabilidad al cambio climático
implícita en su condición de media península, pero también esta misma geografía
y sus recursos naturales juegan siempre como argumento favorecedor para el desarrollo
del turismo. Un ejemplo de esta combinación de
características es el destino turístico de sol
y playa mundialmente conocido de Los Cabos, ciudad vecina que ha moldeado casi
en su totalidad su futuro dependiente de los visitantes mayormente extranjeros.
En una primera
parte se presenta como antecedente el panorama general de la problemática
climática así como la situación que con relación a esta prevalece en la ciudad de La Paz, Baja California Sur.
En una segunda parte se describe y discute el proceso de turistización que se
ha venido desenvolviendo en los últimos años en esta localidad costera el cual
implica efectos negativos que abonan a la condición de vulnerabilidad que se
pretende explicar; para en una tercera parte desarrollar la discusión que
contraste estos dos fenómenos como resultado de un modelo económico y cómo
actúan negativamente en las posibilidades de la ciudad.
Antecedentes
La revolución industrial se identifica como la etapa histórica que marca un antes y
un después en lo que definimos como mundo moderno. La posibilidad de progreso
en que se tradujo el aprovechamiento de recursos no renovables como el carbón y
más adelante el petróleo posibilitó a las naciones imperialistas a proveerse de
mayores recursos y de manera más rápida a partir de la explotación de recursos
de sus colonias. Lo anterior, sumado al acceso
a mano de obra barata (o gratis) se tradujo en grandes beneficios e importantes
transformaciones en algunos Estados nación. El
capitalismo tiene como característica la posibilidad de ir cambiando sus
métodos de acumulación a partir de los cambios que va enfrentando en el mundo
donde se desenvuelve, sin embargo, prevalece esta relación de dominación de
unos sobre otros. Las consecuencias ambientales de esta relación constante hombre-naturaleza (en adelante
renombrada recursos naturales) dio pie a la
gran discusión que inicia en la segunda mitad del siglo XX y que la abundante
evidencia científica de la década de los 1970 y 1980
obliga a retomarse a nivel oficial en la esfera internacional, el cambio climático.
A partir de que el Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC) publicó sus hallazgos respecto
a orígenes y consecuencias de este, se convirtió en tema de discusión
internacional. Las conclusiones del Panel resultaron en la creación de la
Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) con el Protocolo de Kioto y los
acuerdos en que han derivado las reuniones de los últimos 26 años. La
conclusión central a que llegaron estos organismos y a partir de la cual se
deriva la discusión internacional, es que la temperatura de las últimas tres
décadas ha sido cada vez más cálida que cualquier década desde el año de 1850
(PICC, 2014:2).
Lo anterior se relaciona
directamente con la dependencia de energéticos para desarrollar las economías,
en 2020 el 85 % de la producción de energía provenía de combustibles fósiles
(Keen, 2021:15) colocándonos hoy en día en una situación crítica. Estimaciones
apuntan a un incremento en los niveles del mar que llevarán a la desaparición
de zonas costeras importantes, eventos meteorológicos más agresivos y
sorpresivos, como la migración de especies. Sumado al daño ambiental en sí
mismo, debe considerarse el impacto en los países y sus economías
(infraestructura, recursos naturales) dependiendo del nivel de desarrollo de
cada uno estará su capacidad de recuperación.
La acción central propuesta para
enfrentar esta problemática es reducir nuestras emisiones de GEI, para lo cual
se han detectado diversas acciones a llevar a cabo en las actividades humanas.
Esto siempre buscando dos objetivos: no frenar el desarrollo de los países al
tiempo que se reduce la carga ecológica a nuestro planeta. Estas medidas de
mitigación y adaptación son presentadas por primera vez por parte del PICC en
su primer reporte del III Grupo de Trabajo el 30 de agosto de 1990, donde se
definen opciones de respuesta de adaptación y mitigación en las áreas de
energía e industria, agricultura, forestal y otras actividades humanas; así
como manejo de zonas costeras.
Un número importante de
instituciones alrededor del mundo ha enfocado sus recursos intelectuales y
económicos en detectar y desarrollar el uso de energías renovables. El PICC y
la CMNUCC han publicado en los últimos años reportes periódicos que abordan el
tema del desarrollo y uso de energías renovables como uno de los pasos
esenciales a seguir en la lucha contra el cambio climático. Estos han resultado
claves al momento de tomar decisiones a nivel de gobiernos así como guías de
investigaciones más detalladas y/o más focalizadas.
El Panel ha presentado ya cinco
informes evaluativos (1990, 1995, 2001, 2007 y 2014) de cada uno de sus grupos
de trabajo (bases científicas, impactos adaptación y vulnerabilidad, y
mitigación del cambio climático). Destacan también sus reportes especiales como
el Informe especial de fuentes de energía renovables y mitigación del cambio
climático publicado en 2011. En este estudio a través de 164 escenarios
especialmente modelados se hacen proyecciones de la presencia de las diferentes
opciones de energías renovables en los próximos 40 años. Si bien estos
documentos generados por el Panel son considerados referentes en el tema, el
paso de las décadas ha dejado claro que las constantes reuniones entre los
países miembros de la CMNUCC no resultan en acciones concretas que realmente
ataquen el problema.
Lo anterior se explica si se toma en
cuenta que quienes tienen una influencia importante en los acuerdos tomados
periódicamente no son únicamente los gobiernos, el capital privado (la
industria petrolera, los servicios financieros) ejercen su poder para dar
dirección favorable a sus intereses en estas reuniones. Protegiendo sus
intereses y respondiendo a la lógica de mercado y como ejemplo de la toma de
decisiones en política climática se puede mencionar el fracaso que representó
el Protocolo de Kioto y su Mecanismo de Desarrollo Limpio, donde los bonos de
carbono son un ejemplo de enriquecimiento para aquellos que tienen la capacidad
de contaminar y pagar por ello. Klein (2014: 219) documenta este y otros
ejemplos donde la política climática internacional sigue respondiendo a intereses
económicos por sobre la seguridad ambiental. Lohmann (2012: 87) a su vez se
enfoca en explicar la relación que se ha creado entre financiarización,
comodificación y carbón para detallar lo que Klein explica de manera más
general. Lohman plantea cómo la política climática a través de sus mecanismos
de acción trabaja a favor del sistema, adecuando estos instrumentos para
continuar con la acumulación y dejando en segundo término la búsqueda real del
componente de protección ambiental, en este caso la reducción de emisiones de
gases de efecto invernadero.
Existe una diferencia clara entre
las posibilidades que tienen los países para afrontar las consecuencias del
cambio climático, dichas alternativas están determinadas por su nivel de
desarrollo ya que, aquellos del Sur Global se encuentran en una clara
desventaja ante los industrializados, quienes a su vez sí tienen una
responsabilidad directa y clara de la crisis ambiental y climática (deuda
ecológica). Por un lado, se reconoce que la capacidad de mitigar y adaptar de
un país está directamente relacionada con su infraestructura y economía en
general. Por otro lado, la vulnerabilidad de cada nación está identificada por
condiciones geográficas imposibles de modificar, el nivel del mar en el que se
encuentra un país (y que es un aspecto sumamente determinante en cuestiones de
vulnerabilidad climática) es un claro ejemplo. Ahora bien, si combinamos un
territorio naturalmente vulnerable con una capacidad de mitigación y adaptación
limitada por una economía no desarrollada queda en evidencia la posición de
desventaja clara y grave antes mencionada.
México como país en vías aún de desarrollo cumple con la condición
de ser un territorio con una importante vulnerabilidad climática, esta
condición varía dependiendo la zona específica a que nos refiramos. Al ser un
territorio de dimensiones considerables y características naturales tan
variadas, con recursos naturales importantes, reúne muchas de las amenazas que
el PICC identifica a mediano y largo plazo.
La vulnerabilidad climática de un territorio está determinada
principalmente por su ubicación geográfica y características ambientales, y son
estos mismos aspectos los que pueden determinar la actividad económica del
mismo. Para el caso de las economías turísticas, en específico los destinos de
sol y playa donde Baja California Sur es un claro ejemplo. Por
otro lado, la capacidad de adaptación a estos embates
condiciona el nivel de desarrollo de cada economía,
de ahí la evidente disparidad de alternativas entre los países. Esta adaptación
tiene la particularidad que es específica de cada zona, al contrario de las
medidas de mitigación que tienen como condición que pueden ser aplicadas en
gran parte de los países, las medidas de adaptación responden a necesidades tan
concretas que pueden variar de una ciudad a otra, dado que depende no solo de
su geografía y recursos naturales, la infraestructura y actividades económicas
que se desarrollan en cada localidad determinan de manera fundamental las
medidas de adaptación necesarias en el corto, mediano y largo plazo; siendo
esta relación la que puede incidir el nivel de vulnerabilidad climática que
aquí se aborda. Aun cuando se contemplan
mecanismos de ayuda internacional dentro de los organismos que atienden esta
problemática, ha quedado demostrado que los eventos negativos muy seguramente
sobrepasarán esta capacidad de amortiguamiento.
La Paz, Baja California
Sur
La Paz es la capital del Estado de Baja California Sur, entidad
relativamente joven, deja de estar bajo la figura de territorio a principios de
la década de 1970 para convertirse en uno de los dos últimos estados de los que
se conforma la República Mexicana. Formado por la parte sur de la península de
Baja California, con el comportamiento de casi una isla, la entidad cuenta
con una historia económica y social marcada tanto por su dotación de recursos
naturales, aislamiento, como por la toma de decisiones de los gobiernos del
centro del país. A partir de políticas gubernamentales que llegan a responder
más a intereses externos a la localidad, el desarrollo económico y
desenvolvimiento social se ha ido dando de forma heterogénea a lo largo de los
cinco municipios que la conforman.
Con una de las densidades poblacionales más reducidas a nivel
nacional, el 70
% de los 637.026
habitantes del Estado de Baja California Sur se concentra en la parte sur, en
los municipios de Los Cabos y La Paz, siendo la actividad económica de estas dos localidades, el
turismo un elemento clave en este comportamiento demográfico, ya que la
migración de mano de obra ha hecho posible su desarrollo (Bojórquez
Luque y Ángeles Villa, 2019: 4). Este comportamiento
en la dinámica económica y social de la entidad está directamente relacionada
con el modelo económico neoliberal que se ve
obligado el país a adoptar entrando la década de 1980, donde la denominada flexibilidad laboral (Harvey, 2005: 82)
facilita condiciones precarias que desembocan en la gran movilidad que se
desarrolla en estos dos municipios.
Los Cabos es conocido internacionalmente como centro turístico ya
consolidado (producto de una política federal que lo designó como Centro
Integralmente Planeado); resultado de décadas de desarrollo turístico
intensivo, con grandes inversiones de capital nacional y extranjero que lo han
posicionado como destino protagonista en la economía del país cumple un papel
importante en la economía y dinámica social de la entidad en general, este
importante destino turístico genera más de la cuarta parte del valor agregado
del estado (Bojórquez
Luque y Ángeles Villa, 2019:4). Iniciando este
proceso de turistización en la década de 1970 la entrada drástica y forzada del
modelo neoliberal le da un empuje tal, que la dinámica de crecimiento en esta
localidad lo convierte en relativamente poco tiempo en un receptor de inversión
extranjera y de visitantes extranjeros en su gran mayoría, siendo hoy en día de
los destinos más reconocidos de México en el exterior.
Esta importancia económica como centro turístico actúa
también como un aspecto que hace de este municipio uno altamente vulnerable a
los efectos del cambio climático (Ángeles y Gámez, 2010: 42). Al ser un destino
de sol y playa localizado entre el Océano Pacífico y el Golfo de California, es
receptor natural de eventos hidrometeorológicos a lo largo de seis meses del
año (Gay y García y Rueda, 2015:118), si se toma en cuenta que se espera que
estos fenómenos se intensifiquen con la elevación de la temperatura la
condición de vulnerabilidad se incrementa. Experiencias tan recientes como el
huracán Odile del 2014 prueban las consecuencias negativas de sustentar gran
parte de una economía en una sola actividad cuando un evento de este tipo o una
crisis económica (2008-2009) los impacta. Los daños en la infraestructura, la
pérdida de empleos son los primeros aspectos negativos que se destacan y los
cuales tienen un impacto sumamente negativo en la economía de la entidad en
general, esto por la dependencia de los recursos económicos aquí generados y
antes mencionados.
La capital del
Estado, La Paz, además de ser el centro político y comercial de la entidad,
también busca figurar como destino turístico a nivel nacional e internacional
pero impulsando una oferta de características diferentes de su vecino del sur.
Los Cabos es mundialmente conocido como un destino de gran turismo, turismo de
masas, de sol y playa, de gran atractivo por sus grandes complejos hoteleros,
campos de golf, eventos internacionales, con oferta de vida nocturna (es uno de
los destinos identificados como receptores de estadounidenses en el conocido spring break).
A diferencia de Los Cabos, la capital del estado ha
desarrollado una propuesta alternativa que no presenta competencia a su ciudad
vecina. Enfocándose por un lado en las poblaciones pequeñas que conforman el
municipio donde se impulsan actividades culturales y del denominado turismo
alternativo como avistamiento de Ballenas en Puerto Chale, (H. XVI Ayuntamiento,
2020: 46), senderismo, buceo, recorridos por zonas históricas como el Pueblo
Mágico de Todos Santos o el Pueblo Minero de San Antonio, o kayak en la bahía
de La Paz; los gobiernos locales de los últimos periodos han mantenido
constante esta política de gobierno que busca atraer inversiones enfocadas en
alimentar esta oferta donde se muestra un destino tranquilo, como el nombre
mismo de la ciudad.
En conjunto con la iniciativa privada, el gobierno local
viene desarrollando e impulsando para La Paz una imagen no de gran turismo,
pero sí atractiva en otros aspectos para los extranjeros, principalmente
aquellos que buscan un destino tranquilo pero con todas las comodidades y
facilidades de un destino urbanizado. Entre las alternativas que se están
desarrollando con gran interés se encuentra el identificado como turismo
residencial, que Hiernaux-Nicolas (2005) define como aquel
por el cual las personas acuden a un destino o una localidad que no es
forzosamente turística per se, donde tienen la posesión por compra, renta o
préstamo de un inmueble en el cual pernoctan y realizan actividades de ocio y
esparcimiento.
En el caso de La Paz se presenta una construcción creciente
de viviendas en zonas exclusivas de la ciudad, cercanas al mar, complejos
habitacionales de lujo, acompañados de una gran equipamiento (campos de golf,
marinas, acceso a comercios). Aquí el visitante pretende instalarse por
temporadas más largas (inviernos) que los días que acostumbra el turista de sol
y playa, o casi de manera permanente, para McWatters (2009:13) se entiende como
las prácticas y estilos de vida que resultan de un flujo canalizado por el
consumo, migración permanente o semi-permanente a un destino particular. Este
caso se ha venido presentando principalmente por parte de ciudadanos
estadounidenses que encuentran el destino mucho más adecuado para mejor
aprovechamiento de sus recursos económicos (Almada, 2004: 34).
Para Rodríguez (2001, en McWatters, 2009: 15) los turistas
residenciales como grupo social se caracterizan por constituir un grupo social
concreto (retirados, adultos mayores), exhiben patrones de movilidad diferentes
que van de una permanente a una temporal, demuestran motivación turística es
decir, satisfacción en el tiempo libre y por último, crean efectos territoriales.
Rodríguez resalta esto último en el sentido de los efectos territoriales y
sociales por su poder asombrosamente poderoso, es decir adquiere su significado
una vez que se sitúa en un contexto sociogeográfico y se explora como un
fenómeno que altera las identidades de los lugares en que se aloja. En la
experiencia, el Pueblo Mágico de Todos Santos, perteneciente al municipio de La
Paz, ha sido modificado muy acorde a la vida de los extranjeros que radican ahí
desde final de la década de 1990; el pueblo es identificado ya como un refugio
de extranjeros, norteamericanos principalmente.
Para responder a esta demanda de consumo, se van
identificando zonas de la ciudad que están siendo desarrolladas pensando en
favorecer al visitante por sobre el disfrute o las necesidad de la sociedad
local, demandando recursos del erario para dotar de la infraestructura adecuada
a desarrollos que en algunos casos no serán habitados de forma permanente. La
ciudad experimenta un proceso de mercantilización donde se busca generar
beneficios directos o indirectos con los espacios (Parker en Rodríguez, 2021:
51). Así el proceso de urbanización que en décadas recientes caracteriza a la
ciudad tiene como componente un importante “reacomodo” de la ciudad en la
búsqueda de abrir espacio a las zonas atractivas y bien equipadas para las
nuevas inversiones desplazando a los habitantes originales a zonas nuevas pero
con una dotación de infraestructura más deficiente o de menor calidad.
En dichos procesos el Estado se concentra en formar las
configuraciones morfológicas y funcionales de la ciudad (apoyado por políticas,
legislaciones y programas gubernamentales) que satisfagan las necesidades del
capital, dejando de lado las necesidades básicas de la sociedad como la
vivienda, el transporte, el equipamiento urbano, entre otros servicios públicos
los cuales se dan, pero no con la misma calidad e importancia que los primeros
(Ornelas Delgado, 2000, en Rodríguez, 2021:59).
Lo anteriormente descrito responde a los ajustes
estructurales necesarios que demanda la implementación de un modelo neoliberal.
México se inserta en este tipo de capitalismo para la década de 1980. A
diferencia de los países del sur del continente, no se pasa por un proceso
dictatorial resultado de un golpe de Estado, es el Fondo Monetario
Internacional quien en la negociación de la deuda externa en medio de la crisis
mundial condiciona el préstamo al país a la implementación de políticas
económicas enfocadas en terminar con el estado de bienestar que caracterizaba
la economía mexicana.
En medio de un proceso sumamente acelerado de cambio, en el
espacio de una década se desenvuelven políticas económicas en los diferentes
sectores económicos como el caso del sector turismo, donde la consigna es abrir
y liberar al capital privado. El capital trabajando en conjunto con el Estado
con el fin de crear las condiciones apropiadas para la acumulación de capital
(Harvey, 1991, en Mosedale, 2011:47). La privatización de activos nacionales
tales como el transporte y en algunos casos la infraestructura hotelera
(Mosedale, 2016:13), propios del modelo como se darían en México (líneas
aéreas, marinas) son una característica del desarrollo turístico en la entidad
y en los principales destinos del país. Para Britton (1990, en Mosedale, 2011:
45), el turismo es un vehículo importante de acumulación capitalista, y está
compuesto de una variedad de empresas privadas, pequeñas y grandes impulsadas
por la búsqueda de ganancias.
Turistización y cambio climático
El papel predominante que se da al turismo como actividad
esencial dentro del modelo neoliberal transforma e impacta elementos
fundamentales de la vida social y económica ahí donde se desenvuelve, de
acuerdo a Mosedale (2016: 12) la ideología neoliberal es la que se basa en el
principio de los mercados no regulados como estrategia óptima para el
desarrollo y crecimiento económico.
En cuanto al turismo muchos gobiernos en el Sur Global han
priorizado este sector como un motor de crecimiento económico y desarrollo de
estrategias de turismo de abajo hacia arriba, tales como planes de turismo,
desarrollo de infraestructura estatal e incentivos al desarrollo (Ritcher,
2008, en Neef, 2021: 43). Este proceso consiste en modificar toda una realidad
local en pos de presentar un producto mercantil hacia el exterior como el caso
del turismo, donde el rediseño se traduce en desplazamiento constante hacia las
periferias de cierto sector de la población. Es decir la mano de obra que hace
posible esta oferta de servicios, inminentemente desembocará en resultados muy
dispares para los diferentes sectores de la sociedad. Bajo el argumento de que
esta actividad contribuye al bienestar de la sociedad, sector público y sector
privado fungen como impulsores principales.
Debe recordarse que bajo el neoliberalismo se espera que el
control estatal vea una clara disminución actuando más como facilitador para
que el capital privado pueda desenvolverse en comodidad, siendo la
privatización de los espacios públicos una de las características que más se
destacan para el caso de la ciudad de La Paz.
A la participación estatal limitada a ser un facilitador del
capital privado como característica del modelo económico neoliberal debe
sumarse la que se relaciona con el impacto ambiental en el corto, mediano y
largo plazo. Cuando se habla de destinos turísticos de zonas costeras
actualmente se debe abordar el tema de la crisis climática y la política
(neoliberal) con la que se enfrenta. Como se plantea previamente, el caso de la
media península donde se localiza el municipio de La Paz está identificado como
susceptible de padecer los impactos de eventos meteorológicos relacionados con
el cambio climático, los cuales se predice serán más intensivos conforme la
crisis climática avance.
La condición natural de vulnerabilidad que se confirma en el
conjunto de documentos que conforman la política climática mexicana, se ve
agravada si se considera el impacto negativo en el entorno local resultado del
proceso de turistización que atraviesa la localidad y que puede ejemplificarse
en la construcción de complejos habitacionales de lujo sobre zonas de manglares
(barrera natural ante impacto de huracanes o tormentas tropicales y que rodean
la bahía de La Paz) por nombrar un caso.
La relación destino turístico y cambio climático puede
explicarse para el caso de La Paz desde varios enfoques: la ubicación
geográfica y sus elementos naturales, el desarrollo urbano de los últimos años,
su matriz energética. En todos los casos el resultado arroja una alta
vulnerabilidad a sus impactos, tanto a la infraestructura como a la vida
social, principalmente a aquellos sectores que si bien sustentan con su mano de
obra la economía, se encuentran siempre en desventaja para paliar los efectos
de las crisis ya sean económicas o ambientales.
En el Plan Estatal de Acción ante el Cambio Climático se
señala la extrema vulnerabilidad de la entidad en general derivada de su
ubicación geográfica y condiciones específicas (Ivanova y Gámez, 2012: 28). Un
ejemplo de esta vulnerabilidad con la actividad turística se evidencia en el
impacto que el huracán Odile del 2014 tuvo en la infraestructura turística. Por
espacio de hasta un mes se vio afectada la entidad en los servicios básicos
como luz y agua, consecuencia de la matriz energética característica de la
ciudad en particular y al estado en general.
El sistema de conexión eléctrica del estado es el único del
país que no está interconectado con el Sistema Nacional, además de no estar
interconectado dentro del mismo territorio local, es decir el municipio al
norte de la entidad Mulegé es un sistema aislado del resto, mientras que
Constitución, La Paz y Los Cabos están conectados entre sí. La localidad de
Constitución exporta su excedente al municipio de La Paz, quien a su vez
abastece a Los Cabos del faltante de energía eléctrica que demanda. A diferencia
del resto del país, al ocurrir eventos climáticos como huracanes, la entidad
queda totalmente aislada y vulnerable. Tomando en cuenta un modelo económico
que basa su estabilidad en un único recurso energético así como las
características de aislamiento natural de esta zona el pronóstico ante la
crisis climática que ya se experimenta es poco favorable.
Debe recordarse que la actividad turística es sumamente
intensiva en el consumo de energía y agua; por ser península la mayoría de los
arribos de visitantes se dan por vía aérea, las altas temperaturas (veranos de
38-40 grados C°) demandan una refrigeración artificial en todos los espacios
ofrecidos. Los insumos a consumir tanto por los visitantes, como por la
sociedad en general también en su mayoría son traídos del macizo continental e
importados del exterior, lo cual aumenta esta dependencia antes mencionada la
vez que se afirma esta intensidad en consumo energético. En cuanto al recurso
agua, mientras el estrés hídrico está bien documentado para Baja California
Sur:
A este documentos de alcance estatal, se puede sumar una si
bien numerosa, no suficiente (actualizada o detallada) cantidad de bibliografía
en el tema del cambio climático en el país, estado y municipio. Si bien se
cuenta con un panorama general bastante detallado de la situación actual y
futura, no se ha alcanzado en nivel de escrutinio necesario para entender las
vulnerabilidades locales, por mencionar un ejemplo. Así también a estos
diagnósticos no los acompaña una propuesta de atención adecuada, ya que aún con
esta información, la postura de la política local ha sido seguir priorizando el
interés privado de las inmobiliarias e inversionistas, lo cual se traduce en un
escenario sumamente complicado en el mediano y largo plazo. La intención de
desarrollar cada vez más complejos residenciales destinados a compradores con
alta capacidad adquisitiva impone por ejemplo un desplazamiento de
infraestructura hidráulica a aquellas zonas en desarrollo que suelen estar
alejadas de los centros urbanos y que desembocará en un mayor abandono de la
sociedad local que ya padece de la carencia de agua potable.
En cuanto al comportamiento de los espacios públicos, estos
se van adecuando de tal manera que se excluye a todo aquel que no esté
dispuesto a consumir en aquellos sitios donde hasta hace poco se iba de paseo
(la zona del malecón para el caso de La Paz es un claro ejemplo) y ahora se
favorece la presencia de comercios como bares o restaurantes concesionándoles
las aceras para su instalación, limitando así el libre tránsito de aquel que no
va a consumir. Estos espacios que por tradición eran frecuentados por los
habitantes de la ciudad pasan por un proceso de gentrificación buscando
favorecer al turista tradicional o turista residencial así como al local de
clase más acomodada.
En 25 años se ha ido dando un crecimiento acelerado de la
ciudad hacia la parte sur, alejada de lo que se conoce como centro histórico,
construyendo principalmente casas habitación para la población de recursos
mucho más modestos, que deberán cubrir distancias mayores para sus centros de
trabajo pero que no pueden permitirse viviendas en la zona central debido a la
revalorización del suelo. Estos desarrollos inmobiliarios se acompañan de
plazas comerciales accesibles para el nivel económico de la zona pero no de
suficientes espacios públicos como plazas o áreas deportivas. Con lo anterior
se cumple el objetivo de mercantilizar el ocio de la totalidad de la población,
dependiendo su capacidad de consumo, si se es de clase alta se suele acceder a
la oferta en las zonas turísticas que antes eran de uso popular, el resto de la
población, se concentrará en estos espacios adecuados a su nivel de vida.
Matriz energética
En términos de generación de emisiones de gases de efecto
invernadero, causantes del cambio climático, aparte de la generación eléctrica
que demanda el sector turismo, está lo referente a aquellas derivadas de los
medios de transporte relacionadas con la actividad, considerando los vuelos que
recibe el destino turístico, más las emisiones resultantes de vehículos
automotores, se puede hablar de emisiones considerables relacionadas a la
actividad turística. Si bien no se cuenta con un inventario local de GEI, el
que se publicó a nivel estatal (Muhlia, 2011: 12), indica que el grueso de las
emisiones en la entidad deriva de la generación de energía 36 % y el transporte
57 %. Si bien no hay datos desagregados hacia cada actividad turística, partiendo
que lo antes mencionado entre la relación turismo consumo eléctrico, es
pertinente destacar el origen de la generación eléctrica en la entidad.
La matriz eléctrica de Baja California Sur es única por sus
características de aislamiento del Sistema Eléctrico Nacional y por no estar
interconectada a lo largo de su territorio, lo cual le da una vulnerabilidad
ausente en el resto de los estados del país. El macizo continental se encuentra
completamente interconectado entre sí, mientras la parte norte de la península,
el estado de Baja California está conectado con el estado de California,
Estados Unidos, de este modo ante eventos meteorológicos, o propios del proceso
de generación donde se vea interrumpido el servicio, pueden reabastecerse
relativamente rápido.
El caso de Baja California Sur es completamente diferente,
ya que de los cinco municipios, Mulegé el localizado hacia el norte se
encuentra completamente aislado de los demás y del estado vecino, La Paz por su
parte, concentra las principales plantas generadoras de electricidad con las
cuales abastece en parte al municipio de Los Cabos. Se debe destacar que además
de la vulnerabilidad derivada de la falta de interconexión antes descrita, el
recurso utilizado en su mayoría para la generación de electricidad es el
combustóleo, un residuo del petróleo altamente contaminante y por ende
importante emisor de gases de efecto invernadero. A la evidente contaminación
atmosférica que causa el consumo del combustóleo se debe agregar que se
transporta vía marítima lo cual a su vez genera sus emisiones. Este proceso de
abastecimiento también debe considerarse como factor de vulnerabilidad
climática, si se toma en cuenta que ante un impacto meteorológico la llegada de
este tipo de embarcaciones no es factible si la infraestructura portuaria se ve
afectada.
Si bien las zonas turísticas tienen capacidad económica para
ser recuperadas de manera relativamente rápida y efectiva, por contar con el
apoyo gubernamental a través de diversos instrumentos de apoyo directo o indirecto,
no se puede hablar en los mismos términos para las zonas no turísticas que
cumplen una función de albergar a la población asalariada que provee la mano de
obra, donde este tipo de experiencias agravan más una condición ya precaria.
Cuando ven afectada su de por sí pobre dotación de servicios e infraestructura,
enfrentan la certeza derivada de la experiencia de que la recuperación de lo
perdido no será tan pronta ni tan efectiva como en caso previamente mencionado.
Ante el impacto de un huracán la periferia donde habita la mano de obra en su
gran mayoría se verá afectada en su infraestructura así como en la dotación de
servicios básicos, recuperándose solo parcialmente y hasta que se haya
reactivado aquella zona de la ciudad que ofrece el turismo.
Conclusiones
El capitalismo siempre busca nuevas o renovadas formas de
expansión en su incesante búsqueda de acumulación. A través de la historia
moderna se ha ido demostrando cómo se va expandiendo y transformando,
adecuándose a, o adecuando los tiempos. Su capacidad de destrucción creativa
actúa como instrumento de superación de las crisis que lo terminan
fortaleciendo y abriéndole caminos y alternativas para un reacomodo.
En su etapa más reciente, el capitalismo neoliberal se
caracteriza por el componente ambiental con la mayor crisis climática de origen
antropogénico que se tenga registrado y la importante participación de los
servicios como generadores de riqueza. Con presencia ya en todo el globo, las
prácticas depredadoras de recursos naturales, humanos y materiales se presentan
tanto en los países industrializados como en el Sur Global. Si bien debe
reconocerse que los impactos negativos no son exclusivos de esta región, son
estos países los que siguen llevando la carga de la dinámica capitalista antes
y ahora como proveedores de las materias primas y recursos minerales
necesarios, antes y ahora como proveedores de mano de obra barata.
La actividad turística impulsada en países en vías de
desarrollo se caracteriza por ofrecer una combinación de atractivos naturales
inigualables, instalaciones de lujo con todo lo necesario para el turista
mayormente extranjero proveniente de países del llamado primer mundo. Dentro de
esta oferta tan atractiva para turistas e inversionistas también se incluyen
todas las facilidades gubernamentales en cuanto a regulaciones, cuestiones
fiscales y laborales como lo indica la teoría neoliberal, el papel del Estado
debe ser de facilitador y no de interventor o regulador. Este proceso de
turistización para el caso de La Paz, Baja California Sur conlleva otros
efectos negativos además de los relacionados con la precarización laboral, se
debe sumar el desplazamiento de la población por medio de la gentrificación,
así como la relación actividad turística - vulnerabilidad climática.
Existe una marcada relación entre actividad económica, su
aporte en emisiones de GEI causantes del cambio climático y en este caso, la
vulnerabilidad que presenta la localidad la cual se agrava a partir de la
práctica turística como motor económico. Los grandes niveles de consumo que
conlleva el destino turístico traducido esto en consumo energético tanto en
electricidad como en medios de transporte, los bienes de lujo que se ofrecen y
que a su vez deben ser importados del macizo continental, se traducen en
emisiones contaminantes las cuales bajo el principio de que estas sin importar
donde se originen son perjudiciales a nivel global se suman a las emitidas por
el resto del mundo, agravando con esto la condición de vulnerabilidad que
caracteriza a esta zona. Estamos hablando pues, de un círculo vicioso donde una
actividad pilar de la economía local genera emisiones contaminantes que la
hacen susceptible de padecer en mayor medida las consecuencias de eventos
meteorológicos, con lo cual se ve directamente afectada la misma
infraestructura necesaria para llevar a cabo dicha actividad.
Aun cuando se cuenta con información que brinda un panorama
bastante claro de la situación general que enfrenta la ciudad en el tema del
cambio climático y la vulnerabilidad que la condiciona, es necesario generar
información más específica, detallada y actualizada (la documentación más
reciente en el tema a nivel local es de 2011), pero lo anterior no será de
mucha utilidad si no se corresponde con una propuesta igualmente adecuada y
específica por parte de los tomadores de decisiones. Si se toma en cuenta que
son ellos mismos quienes se benefician de esta dinámica económica, se reconoce
que el panorama se proyecta sumamente complicado en el mediano y largo plazo.
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[1] Doctora en Ciencias Sociales por la
Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Profesora
investigadora adscrita al departamento académico de Economía de la Universidad
Autónoma de Baja California Sur.
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5679-9622
E-mail: aclopez@uabcs.mx